jueves, 26 de mayo de 2011

Socios de “Canoras” decepcionados

Rafael Cano Franco

Voy a establecer algunas precisiones respecto a la planta de tratamiento de aguas residuales que estaba siendo edificada en Hermosillo, pero cuya obra se encuentra detenida, luego de que la Secretaría de la Función Pública –antes Contraloría de la Federación–  determinó que el proceso de adjudicación de la obra estuvo mal hecho.

El alcalde Javier Gándara Magaña declaró ayer que la obra no se cancelaba, es verdad; está suspendida y así seguirá por tiempo indefinido hasta que el organismo que llevó a cabo la licitación  reponga el procedimiento.

Lo que sí está cancelado, la Contraloría es muy específica en ese aspecto, es la adjudicación que se hizo de la construcción y concesión de operación por 20 años de la planta de tratamiento, a la empresa “Canoras”, propiedad de Francisco “El Sahui” Salazar.

Tiene razón el alcalde Javier Gándara cuando asegura que si no se han ejercido recursos federales, entonces no tiene porque devolverlos; pero igual acepta que recursos del Fondo Nacional de Infraestructura Municipal (Fonadim) que se iban a ejercer en un plazo determinado, se pueden perder porque su ejercicio tiene fecha fatal de uso, en caso de no utilizarlos por la suspensión eso ya representa una afectación económica para la construcción de la obra.

La empresa “Canoras”, como afectada por la resolución de la Secretaría de la Función Pública, tiene el derecho de apelar y litigar ejercer su contrato. En la generalidad de los casos la Contraloría no da marcha atrás a sus resoluciones y desecha ese tipo de recursos de impugnación.

El punto central es que ya la asignación a “Canoras” sí está cancelada y la Contraloría de la Federación argumenta que su determinación se basó en la pobreza de los argumentos que otorgó Agua de Hermosillo para justificar su fallo a favor de “Canoras” y los que presentó para desechar las propuestas de las otras empresas que resultaban más económicas.

Tan sencillo como esto: Aguah no supo argumentar sus razones para favorecer a “Canoras” por encima de las otras propuestas.

Cuando el alcalde Javier Gándara asegura que la obra no está cancelada, está hablando con la verdad; lo que nadie del Ayuntamiento de Hermosillo o de Aguah ha dicho es que la Contraloría les dio solamente dos opciones y las autoridades municipales decidirán el camino a seguir.

1.- Volver a iniciar con un nuevo proceso de licitación, toda vez que el fallo del anterior ya fue anulado; eso implica empezar de nuevo con toda la tramitología y el proceso puede tardar hasta un año.

2.- El siguiente camino, que el Ayuntamiento no quiere tomar, es simplemente aceptar que existió una equivocación en la adjudicación y por tanto darle la obra a la propuesta más conveniente económicamente.

Hacer lo anterior rehabilitaría el proceso de construcción, pero también implica dejar por fuera de manera definitiva a “Canoras”.

El coraje de los propietarios y socios de “Canoras” no es gratuito y es que ellos sienten que faltó capacidad operativa y ejecutoria a quienes se encargaron de organizar la licitación; sienten que les fallaron en un compromiso.

Se sienten agraviados y exhibidos por el Ayuntamiento de Hermosillo y por Aguah.

El alcalde dice que no hay afectación, pero no es certera su apreciación; si existen daños a la credibilidad, a la trasparencia, a la honestidad en la adjudicación de contratos, pero sobre todo en las relaciones políticas.

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