jueves, 27 de noviembre de 2008

La pesadilla... y una de niños

Por Roberto Dyke Rivera
http://www.dossierpolitico.com/vercolumnas.php?artid=45642&relacion=dossierpolitico&mas=292

No puedo negarlo: me causó admiración la foto en la que aparecen charlando y sonrientes, allá en la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador y Porfirio Muñoz Ledo, el segundo, político de mente brillante y analista profundo, es fiel seguidor del primero.

¿Qué me causa admiración? Eso, la inteligencia que sigue al líder. Así como lo han hecho otros, Ifigenia Martínez, Manuel Camacho y otros más.

Por eso, igual me encantó el cartón de Miguel Ángel en El Imparcial, con la estampa de AMLO y su renovado activismo, ahora contra la carestía y que el genial caricaturista titula: “Pesadilla”.

Cierto, lo que para unos provoca divertimiento – resultado de una inacción personal que se conforta por la presencia de una oposición tenaz, libre y que en su denuncia provoca un real y efectivo equilibrio político – para otros, es causa de una incomodidad brutal… así, como sugiere Miguel Ángel: Una pesadilla.

Y tal cosa, el desfiguro gubernamental, deriva en propuestas raras: La depuración del Poder Judicial – los jueces – como paso a seguir en la lucha contra el crimen organizado…
… como discurso, está bien… como propuesta unilateral, error… México, por razones de historia y constitucionalidad, no nació con Felipe Calderón (a pesar de que al país ya mero se lo acaba Vicente Fox).

La conformación del Estado, es la formación de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial)… los tres, harían – en la Ley y en la teoría – el equilibrio del Poder… los tres son el Estado.

Por eso la Carta Magna al tiempo que precisa esa configuración del Estado, prohíbe (algo obligado por la primer causa citada) la fusión de uno o dos poderes… de facto, ello implica el rompimiento constitucional y el régimen que arengara el respetable Montiesquieu.
Ya con Ernesto Zedillo ocurrió un tremendo atropello al Poder Judicial, cuando el cambio de Ministros de la Suprema Corte, dejó al país (así sea temporalmente) sin ese poder… el Presidente lo dispuso y lo ejecutó… dejando en claro el lastre bonapartista de nuestro régimen, donde las armas mandan… y más si son del gobierno.

Los enseñan desde niños…

Por eso, distraído con el liderazgo de AMLO y las propuestas calderonistas, cuando me enteré de las declaraciones de Juan Pablo Acosta (para datos referenciales, hermano del “Maloro”) en contra de Ernesto Gándara, no me llamó mucho la atención.
Bueno sí… dos cosas:

Una.- Que me resulta curioso que los medios de comunicación llamen “fuego amigo” a tales críticas, cuando, en realidad, son abiertos cuestionamientos que buscan entorpecer el andar político (inmediato) de Gándara… y por ello, fuego si es… pero amigo, no.

Y dos.- Que al enterarme de la edad del hermano del Maloro – 27 años – me quedé con una idea: Vaya cosa, desde niños los usan… ellos se prestan… y creen que aprenden.

Aprenden todo, menos a ser independientes…

Como dijo Dossier: Hace apenas unos días el chamaco había elogiado la relación del gobierno municipal de Hermosillo con el Estatal… y ahora resulta que siempre no… que la percepción ya cambió…

Cambiar… cambiar… algo así como quitarse unos calzones para ponerse otros… “¡Tan claro!”, expresaba el viejo Florentino López Tapia en la ejecución del cacicazgo pesquero en Guaymas…

Y cuando (Florentino) fue candidato del PRI a la Presidencia Municipal, un avezado periodista le preguntó: ¿Y por qué quieres ser alcalde?... a lo que el relajado líder soltó: “Nomás… pa´ ver que se siente”.

Apenas se publicó la nota, el CDE del PRI lo presionó; entonces “don Flor” convocó a conferencia de prensa y volvió a soltar: “Mentiras, yo nunca dije eso… y el periodista que lo publicó, es un amarra navajas”…

¡Uta!.. musitamos en Guaymas, en aquellos años… ¡Qué facilona la actitud de los políticos!.. pero como reza el slogan yaqui… antes como antes, ahora como ahora…

¿Algo ha cambiado?

Sale, pues.

No hay comentarios: